


MICHELENA CORAZÓN DEL TÁCHIRA

HISTORIA Y REFLEXIÓN


Un siervo de Dios, que sembró alegrías en los Rincones del Táchira
Desde lo alto de las montañas Andinas Venezolanas, torrenciadas de bosques y prados verdes, que con la luz esplendida del sol, irradia los maravillosos senderos y colinas de aquella humilde aldea de tribiños donde nació un siervo de Dios que por nombre lleva Luis Abad Buitrago Medina, que al ver la primera luz el 7 de febrero de 1927, tras rasgar los velos del claustro de su madre Anastasia Medina, para ser orientado de su mano y de sus enseñanzas junto con las de su padre Saúl Buitrago; acogió de amor a tan noble familia.
En el pasar del tiempo el infante, lleno de luz y espíritu; colmó de regocijo con su enseñanza y oraciones a cientos de feligreses católicos de nuestra región Tachirense, que siendo joven; logró vislumbrar por los atajos de estas tierras hermosas, acatando el llamado de Cristo nuestro Señor, a servir al mundo a través del orden sacerdotal. Transcurrido el tiempo; se educó y culminó sus primeros estudios en estas tierras y aledañas a éstas, donde concluido el sexto grado, embarcó con autorización de sus padres; a proseguir sus estudios puestos en el llamado de Dios, en el seminario Santo Tomás de Aquino sede vieja de la Universidad Católica del Táchira y posterior a éste; viaja a cursar estudios académicos y espirituales en Chile.
Es de recordar desde su niñez; en aquel tiempo a los insignes maestros que marcaron desde lo más profundo de su corazón, inicialmente a Doña Francisca Varela de Pacheco, las primeras letras, las primeras representaciones, sobre todo mucha afabilidad; así como también al maestro de maestros Don Daniel Rivas Moreno que con su ejemplo y bondad recabó en él; la integridad y carisma en el proceso de formación manteniendo siempre la excelencia por lo que anhelaba ser en el día a día.
De regreso a Venezuela con miras hacia la proyección de llevar a todas partes la palabra de Dios y ayudar a los más necesitados; llegando el 27 de abril de 1952 para recibir de manos de Monseñor Rafael Arias Blanco la orden de los Presbíteros; alcanzado el 16 de mayo del mismo año, en la fiesta del patrono San Juan Nepomuceno de Michelena, a solemnizar la primera misa, momento del que contó a su lado, además de la siempre presencia de Dios Padre, la de los progenitores, la familia en general y la del respetado padrino de ordenación y leal amigo Monseñor Raúl Méndez Moncada. Es allí donde comenzó la misión que ha sido encomendado por Dios a ser pastor, como lo refleja en las Sagradas Escrituras en Juan 10:11 “Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas”; llevando consigo siempre el rebaño por el buen camino en espíritu y verdad.
Hacia el Norte, Sur, Este y Oeste, acompañado de la virgen de la Consolación y Santo Cristo de la Grita, recorrido en el que, éste ilustre Siervo joven, anduvo por los montes y praderas de las tierras tachirenses, llevando consigo la palabra de Dios y un aliento de bondad al prójimo, mostrando ejemplo de laboriosidad en diversas parroquias constituidas por centenares de feligreses que le brindaron apoyo en su Ministerio Sacerdotal. Así es como da paso atendiendo y dejando huellas en comunidades como el hermoso fronterizo de Delicias, la Fría, Colón, Coloncito, la Grita, Táriba, La Concordia, Pregonero, Abejales; siendo impulsor de muchas obras que consolidan al beneficio del pueblo.
Bendecido por Dios en servir y ser escogido entre los hombres, como lo figura la Santa Biblia en Hebreos 5 donde expresa; “Todo sumo sacerdote es escogido de entre los hombres. Él mismo es nombrado para representar a su pueblo ante Dios, y ofrecer dones y sacrificios por los pecados”. Es de allí, donde se forja la misión que Cristo le encomendó con Amor y paciencia para encaminar al mundo en las riendas de la fraternidad, justicia, verdad; y por el arduo trabajo durante toda su vida y sin descanso alguno.
Una inesperada enfermedad lo hostigó lentamente llevándolo a aislarse de todo lo que un día cultivó con mucho esfuerzo y dedicación, acarreando lo que fue su vida sacerdotal, agobiado de tan temible mal que lo azota día tras día; siendo visto por médicos especialistas para tratar en lo posible de restar la enfermedad; Monseñor Mario del Valle Moronta Rodríguez Obispo de San Cristóbal; y fiel amigo; más que un amigo un hermano para él, observó la necesidad e inquietud de asistir a su gran compañero que hace quince años lo recibió con los brazos abiertos en el terruño tachirense. Es así, donde comienza la labor pastoral caridad y servicio del Seminarista Nelson David Moreno Contreras en apoyo al proceso y cuidado de Monseñor Luis Buitrago, encomendado por el Obispo actual del Táchira. Es de exteriorizar, que la Caridad teoriza a “La forma, el fundamento, la raíz y la madre de todas las demás virtudes (SANTO TOMAS, Suma Teológica, 2-2, q. 24, a. 8)”.
Durante el desarrollo de la tarea confiada por el obispo bajo la dirección del padre Jean Carlos Medina Poveda en el caserío Tucape, sector donde actualmente habita Monseñor Luis Buitrago, hogar acogedor de bellos jardines y clima fresco, que con el cantar de los pájaros y el sonido de las campanas de la iglesia aledaña a éste; evocan un ambiente armónico que entrelazan armonías y sinfonías al oído de quienes residen y congratulan allí, hacen de ella; una cajita de música de porcelana de fe y esperanza, donde se enciende la presencia viva de Cristo Jesús nuestro salvador con la mirada firme y misericordiosa que alude al visitador en oración y hermandad.
El transcurrir de los días, de acuerdo al contexto y la experiencia pastoral, irradió en todo espacio alegrías, sonrisas, compromiso, tristezas y sobre todo el valor de tan responsabilidad fijada, no solo en suministrarle medicamentos a tal hora; o la higiene en general, sino el sentir de compartir con un ser que a lo largo de su vida dejo huella impecable en lo que concierne al sacerdocio, que hoy día necesita una mano amiga en tan momento difícil, en el que se acierta. Es de constreñir, tres anécdotas vivenciales que marcó en primera instancia al seminarista, en ver que un hombre grande, poco a poco se ha ido consumido por tan temible enfermedad que día tras día, noche tras noche se aqueja debilitándose, manteniendo una mirada fija y con los ojos sollozos entristecido por la realidad en la que se encuentra, desconociendo virtudes adherentes a él y a la entorno donde anida.
En segunda instancia; la mayoría en nulidad de las cosas, recuerdos, sentimientos, anécdotas y sobre todo de lo que realmente fue gran parte de la vida; “su morada sacerdotal”, en el indicio basado en la eucaristía, en lo que realmente atañe al sentido y el valor de la religiosidad católica. Ciertamente; experiencias que se han ido tal vez de la mente o más bien se han proyectado a otro espacio inexplorado, que no regresa a su punto inicial, pero que en el fondo del corazón aviva todos los elocuentes recuerdos heroicos que Dios le permitió vivir en el recorrido de la vida; a cada segundo, a cada minuto y a cada hora de su notable existencia en este mundo creado por Dios.
Pasan y pasan los días y en tercera instancia el profundo afecto y regodeo de quienes hacen vida allí; y que en cada coacción colocan su granito de arena en tan noble, humilde y desinteresada misión hacia con el Sirvo de Dios, que con su alegría, carisma, logró llenar y contagiar a cada uno los corazones de multitudes fieles de la cuna Tachirense. Finalmente llego el día, día en que el seminarista tiene que partir de la experiencia pastoral, dejando vivencias, anécdotas, costumbres que subsiste en aquel humilde hogar; siendo un sábado 07 de febrero de 2015, fecha en que se festeja los 88 años de edad de vida de aquel siervo, que con alegría, familiares y amigos comparten con él; y que al final del pasillo le dije “me voy Monseñor” él; con su mirada firme y ojos aguados entristecido contesto ¿Por qué te vas?, el seminarista con tristeza respondió; tengo que marchar y seguir mi camino. Monseñor, con su estado en el que ésta; le contestó Gracias “Dios te Bendiga”.
Una Historia que se direcciona a reflexionar, así como lo figura el Papa Francisco donde hace mención que “Los ancianos son un tesoro”; es allí; donde se ejemplifica que sin ellos, la vida no tendría sentido en la familia, en la sociedad, en el mundo, dado que con la experiencia en la que imitan en la fe, a través del testimonio, sabiduría; son herencia que debemos recibir y acrecentarla en el futuro. Vivencia, en que Dios a puesto en el camino, de quien coexistió y tuvo la práctica de ver la realidad de la existencia de éste ilustre Siervo de Dios, forjándolo a ser más humano y sumiso en el sufrimiento que puede padecer cualquier ser humano, así como Jesucristo dio la vida en la Cruz por todos nosotros. Amen.
EDUCANDO EVANGELIZAMOS A VENEZUELA
“La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón.
Hwarg G. Hendricks

El mundo marchará realmente bien el día que el trabajo de todos los humanos sea a la vez su ocio, su pasión, su vida.
Queridos hermanos en Cristo Jesús, a lo largo de la existencia del ser humano, el trabajo es un medio fundamental para el sustento del día a día por muy simple que sea, es a la vez una tarea que consolida en mente y cuerpo al individuo a mantener la aptitud en el espacio de la vida. Ciertamente, la laboriosidad bien desempeñada acarra al éxito favoreciendo satisfacción por lo que se hace, pasión y salud. De esta manera cito un pasaje bíblico de los Colosenses 3:23 que hace mención: "Cuando hagan cualquier trabajo, háganlo de todo corazón, como si estuvieran trabajando para el Señor y no para los seres humanos." Por tanto, conlleva a la meditación orientando al dinamismo de las tareas a ejecutar mediante el cual debe prevalecer la armonía, el compromiso, la responsabilidad, la comprensión y sobre todo el amor por lo que se realiza; valores que sin duda alguna manifiestan el comportamiento positivo del ser humano, pensando en el más necesitado así como Cristo pensó en los demás.
En esta ocasión, es de aclarar que nos encontramos en un mundo de constantes cambios, tanto económicos, sociales, educativos; paradigmas que direccionan al individuo a esquematizar linealmente aspectos favorables y erróneos, llevando consigo las cosas a un rumbo con poco sentido, sentido en el cual, están cimentados en estrés general por cumplir a cabalidad una responsabilidad asignada, que en el fondo se despliega por obligación y no por convicción, dejando a un lado la felicidad y el amor hacia con el prójimo, desatendiendo el valor fundamental que tiene la vida, regalo en que Dios ha puesto en el camino a quienes lo cultivan para ser felices. Es por ello, que el punto inicial que desvirtúa insensatamente al individuo en la actualidad en todos sus ámbitos, es simplemente el placer por tener, el facilismo que agobia ferozmente al hombre y que lo conlleva al fracaso anímico, ético y moral contrarrestando a ser integro en la sociedad.
Es de precisar, que el tiempo es indudablemente indispensable para la realización del trabajo diario de las personas, consolidándolo en concentrar una buena planificación organizativa, en lo que radica a invertir bienaventuradamente el tiempo en su ocio por lo que le satisfaga, manteniendo una buena relación interior consigo mismo, con el mundo y encomendando todo a Dios nuestro Salvador. Siguiendo este orden de ideas y de acuerdo a Eclesiastés 3: 9, 10,11 Todo tiene su tiempo “¿Qué saca el trabajador de aquello en que se afana? He visto la tarea que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que en ella se ocupen. Él ha hecho todo apropiado a su tiempo. También ha puesto la eternidad en sus corazones; sin embargo, el hombre no descubre la obra que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin”. Es de instruir que desde la creación del mundo; Dios instauró a cada significación creada el tiempo; tiempo en el que al tener una excelente planeación se puede sintetizar muchas obras en la que se ocupa con paciencia y dedicación, conllevándolo al éxito fortaleciendo virtudes adherentes al mismo.
Concluyo expresando, el mundo necesita de un cambio histórico paradigmático firme, donde la autenticidad del ser humano prevalezca a cada segundo, a cada minuto de su existencia, avivando alegrías y comprensión en su labor o tiempo libre, colmando de sonrisas a aquellos que lo necesitan con un ardo abrazo, sembrando en cada uno de los corazones la paz, la fe y esperanza con un fin único de enraizar integridades que armonicen al desenvolvimiento ilícito del contexto actual, es así como el mundo marchará realmente por el buen camino del bien; como lo hace saber el Salmo 32:8."Yo te enseñaré el camino que debes seguir". Por esta razón, al ver cada uno la luz, Dios vislumbra el camino de quienes lo buscan para un trabajo digno en equipo, afrontando cada una de las circunstancias presentes sin desfallecer, luchando por ser foco de luz para otras personas justamente como Cristo resplandeció con los demás.